martes, 17 de octubre de 2017

Hydra

En la mitología griega se pueden encontrar seres nacidos de leyendas de características mágicas, una peculiar y única criatura llamado hydra de Lerna merece mi atención de hoy. 

Era un monstruo acuático ctónico que constaba de 3 cabezas y tenía la virtud de regenerar otras dos más poderosas por cada una que se le amputara y las historias rumoreaban que bajo las aguas de Lerna que custodiaba este ser se encontraba una entrada al Inframundo.

Cada una de sus cabezas poseía una personalidad única coexistiendo en un mismo ser, formando parte de algo más grande de lo que podían ser cada una por separado, complementando sus defectos y acentuando sus fortalezas, tres cabezas conectadas al mismo corazón.

La cabeza derecha era la más soñadora de las tres, la de mirada más intensa, reflejo de una viva inteligencia y curiosidad por el mundo en el que se encontraba, solía alzar sus ojos al cielo y buscar en ellos las respuestas que buscaba en la vida. Se trataba de una personalidad crítica, objetiva y racional, la única con aspiraciones a una existencia más allá de las existencias planas y conformistas con su realidad actual. Dedicó su tiempo a la búsqueda de la verdad, de la razón primaria para sobrevivir un día más, a la explicación de por qué sentía un vacío existencial desde que tenía uso de razón y por todos esos motivos a los astros preguntó y del firmamento se enamoró.

La cabeza central era el terror que precede a la aparición de un engendro en la pesadilla más oscura, la maldad absoluta que alberga en el seno del corazón de cada uno de los corazones que habitan este Universo. La frialdad, la impasibilidad ante el sufrimiento ajeno, la agresividad representada por fauces de acero y ojos que irradiaban fríos cristales de hielo. La inhumanidad de un ser llevado por las más bajas pasiones e instinto animal a duras penas corregido por las otras cabezas de la criatura. El abismo mismo, el vacío al que van a morir todas las almas valientes que atreven interponerse en su camino, la personalidad causa de la soledad de este ser.

La cabeza izquierda era la inteligente cara amable, la líder de las tres, la que siempre trataba con los demás seres vivos en un vano intento de compensar la negatividad de su hermana, de limitar su maldad. Era la personalidad altruista, la cercana y más humana de la criatura, su verdadera ambición pretendía aportar con su existencia al Universo más de lo que podía restar su némesis central, la única que conectaba con las emociones positivas de su corazón y se dejaba mecer por ellas. Proteger, cuidar y prevenir a los demás de la parte oscura de su ser era la misión principal, su deber. Fue la primera de las tres en nacer, la primera en saber qué significaba sentirse solo después de nacer su hermana, la primera en enfrentarse al vacío existencial que suponía no poder encontrar otra criatura tan única como ella que completara las carencias de tan majestuoso animal, por eso podría decirse que también es la personalidad poeta, escritora, aquella capaz de empatizar a un nivel espiritual y emocional delicado con los demás.

La Hydra es un ser inmortal, cualquier cabeza que desees cortar volverá más poderosa y con una personalidad diferente, completando todavía más a la criatura, toda ella conectada a un corazón formado de sangre y piedra. La única forma de amputar una cabeza consiste en cortarla al mismo tiempo que cauterizas con un fuego abrasador la herida en contacto continuo con la piel de la criatura impidiendo de esta forma su regeneración, una tarea imposible para una única persona como Heracles comprobó. Y siempre la última de las cabezas es indestructible, y es la que permanecerá a pesar de que decidas encarcelarla para siempre jamás. En teoría, esta última cabeza se puede elegir, para dar una nueva vida y sentido de la existencia al ser excepcional que ha tenido la suerte de habitar el Universo.

Tened cuidado con sus cabezas, embaucan a cualquiera, debéis saber que siempre existirán todas y cada una de sus personalidades, en los pequeños resquicios que queden en el corazón de sangre y piedra. Si os dejáis llevar, la puerta al Inframundo se abrirá y un infierno de llamas en cenizas os convertirá.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Tormenta eléctrica

Es relativamente sencillo de escuchar los sonidos triviales que rellenan el vacío inmenso que existe a tu alrededor, otorgando su sentido en cierto modo a la distancia insalvable que te aísla de cualquier  contacto con otro ser humano. 

Un muro de espinas construido con las esquirlas que desprendidas de tu propio corazón a base de puñaladas y decepciones de la amistad, la humanidad y la sociedad en general. Una barrera infranqueable, insoportablemente perfecta y efectiva, una burbuja emocional que contiene los verdaderos sentimientos de tu yo real.

Un alma con:

Pensamientos extraños a la luz de la aurora
con oscuros fragmentos de piel de alondra.

Recuerdos lejanos de planes aplazados
dulce sustento de los sueños olvidados.


Te acabas acostumbrando a la soledad, al vacío existencial, a renunciar a experimentar algo mínimamente real de tal forma que acabas aferrándote a la desesperanza mientras todas tus emociones abrazan un dulce sopor que resuena musicalmente en tu mente como una letanía lejana, tan breve, ligero y nimio como el sueño de unos estorninos las noches de primavera.

Por eso es tan difícil ignorar un aura peculiar, invasora, depredadora de almas ocultas, una mirada tan transparente como profunda e inquisidora. Unos ojos destinados a leerte, a entenderte y comprenderte, una visión que traspasa más allá de las barreras físicas y mentales, capaz de sortear todas y cada una de tus trampas que ofrecían una versión simulada, una farsa de cada uno de tus posibles salvavidas.

Ese es el momento en el que te invade una dulce melancolía, y recuerdas el sabor de aquellos sueños sosegados, todavía vedados para una persona que pensaba que se había rendido, que dejaría de luchar y sufrir por unos ideales que iban más allá de lo que una existencia terrenal parecía capaz de ofrecer. Una suerte de antihéroe que jamás llegaría, una conexión exigida no escrita que desaparecería junto a su vida extinguida.

Una persona que apostó ante la vida que era posible algo mejor, que lograría encontrar sus sueños reflejados en la luz de otro ánima penando sobre la faz de la tierra. Una apuesta basada en unos dados trucados, una suerte de maldición que le impediría tener control alguno sobre sus sentimientos, de tal forma que ésta le estalló directa en el corazón.

Bendita rendición, torrente imparable de emociones provocadas, arrastrada por el caudal que tratas de contener con tu voluntad, perdiendo el control, en una sola dirección. Una energía tan sobrecogedora como poderosa, que hace brillar hasta casi reventar cada célula de tu cuerpo, un sentimiento tan grande que peligra en un recipiente tan limitado y pequeño como es tu cuerpo. Una avasalladora experiencia de las emociones que has esperado sentir toda tu vida, cada fibra de tu ser vibra en resonancia con el acorde de una melodía a dos alterando tu realidad y tus sentidos, permitiéndote percibir una inmensidad en un frágil recipiente de cristal.

Un fuego eléctrico que consume todos los esbozos de tus defensas, mientras tu corazón late desaforadamente y te arde la piel, tus reservas de agua sólo extienden la destrucción por todo aquello que todavía sigue en pie, dejando indefenso hasta el último circuito cerebral, vulnerables ahora al enlace, a la conexión de dos seres, a la unión de un nexo vital. Te sientes tan sobrepasada física y mentalmente ante la tormenta que tu personalidad comienza a aflorar, a incubar la metamorfosis de tu verdadera forma final.

Mi alma espera ese momento en el que el dolor desaparezca, todas las sombras amainen y el vacío vital se convierta en una anécdota para poder formar parte del viento que admiro y volar lejos, al lugar donde se cumplen los sueños, conocer su paraíso y porte con él la esencia de una vida plena, el aroma que erizará tu piel.

Me quedo con aquellos pequeños momentos en los que se detiene el tiempo, universos paralelos que se congelan al brillar, los cimientos de una futura y bella amistad. Partes de mí que van en ellos, instantes que estoy condenado a recordar, por formar parte de las mil y una maravillas que componen mi felicidad.

La tormenta eléctrica con sus rayos un futuro iluminará, dos almas afines consumirá y sus truenos susurrarán al pasar: "Solo es cuestión de tiempo, lo inevitable sucederá."
No existe fuerza humana, oscura o divina capaz de alterar una naturaleza predeterminada, de cambiar las leyes descritas que componen nuestro universo sin hacerlo reventar. 

"Dos caminos orientados ahora están
enfrentando su magia zodiacal,
dos destinos que unificar
We are poles apart"