sábado, 18 de abril de 2015

Breve, humano, dos veces breve


Premonición de lo que tuvo que pasar y nunca sucedió.

El ser humano está abocado a la extinción. La contaminación, la riqueza, la explotación, la agotación de recursos, las enfermedades, la guerra y la codicia, acabarán con nuestra especie.

Nuestras ideas llegaron tarde, preferimos no salvarnos de la desaparición por no ser capaces de mirar al futuro a cambio de conseguir un poco más hoy. Somos hijos de un planeta hermoso al que le chuparemos hasta la última gota de sangre que le quede.

Nunca deseamos realmente mantener una vida sostenible, ecológica, limpia. Nunca le ganamos la partida al juego de la vida el cual acababa junto a las condiciones de vida de nuestro mundo. Jamás alcanzaremos la tecnología para emigrar a un nuevo destino porque nunca nos concedimos ese tiempo. Nuestro modo de vida, nuestra cultura, nuestras creencias y nuestra ansia de vivir lo más deprisa posible ha sentenciado a la raza humana.

Cuando sea demasiado tarde para nosotros, en un acto de desesperación ante la extinción y el olvido...
¿Sabéis acaso qué salvaríamos?
Cuando toda esperanza se haya desvanecido, nacerá un último y quizá primer sentimiento altruista puro en nuestra especie.

Enviaremos todo nuestro conocimiento al Universo
En el mayor número posible de naves sin rumbo fijo, cuyo objetivo será:

Un último intento de hacernos creer más de lo que somos, la última oportunidad de hacernos valer lo que nunca valimos. La última esperanza de ser recordados y decir, estuvimos vivos, y por nuestras ideas morimos.

Adiós homo sapiens, siempre tuviste las horas contadas, y lo más valioso que poseíamos, se va con nosotros.

La capacidad de amar, de confiar y de creer en los demás. La imaginación y la fe en nuestros sueños.

Salvemos nuestras ideas, son todo cuanto nos definen como personas, nuestra marca de identidad y nuestra esencia como especie.
Nosotros les dimos vida, Otros le darán un sentido que la merezca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario