En la mitología griega se pueden encontrar seres nacidos de leyendas de características mágicas, una peculiar y única criatura llamado hydra de Lerna merece mi atención de hoy.
Era un monstruo acuático ctónico que constaba de 3 cabezas y tenía la virtud de regenerar otras dos más poderosas por cada una que se le amputara y las historias rumoreaban que bajo las aguas de Lerna que custodiaba este ser se encontraba una entrada al Inframundo.
Cada una de sus cabezas poseía una personalidad única coexistiendo en un mismo ser, formando parte de algo más grande de lo que podían ser cada una por separado, complementando sus defectos y acentuando sus fortalezas, tres cabezas conectadas al mismo corazón.
La cabeza derecha era la más soñadora de las tres, la de mirada más intensa, reflejo de una viva inteligencia y curiosidad por el mundo en el que se encontraba, solía alzar sus ojos al cielo y buscar en ellos las respuestas que buscaba en la vida. Se trataba de una personalidad crítica, objetiva y racional, la única con aspiraciones a una existencia más allá de las existencias planas y conformistas con su realidad actual. Dedicó su tiempo a la búsqueda de la verdad, de la razón primaria para sobrevivir un día más, a la explicación de por qué sentía un vacío existencial desde que tenía uso de razón y por todos esos motivos a los astros preguntó y del firmamento se enamoró.
La cabeza central era el terror que precede a la aparición de un engendro en la pesadilla más oscura, la maldad absoluta que alberga en el seno del corazón de cada uno de los corazones que habitan este Universo. La frialdad, la impasibilidad ante el sufrimiento ajeno, la agresividad representada por fauces de acero y ojos que irradiaban fríos cristales de hielo. La inhumanidad de un ser llevado por las más bajas pasiones e instinto animal a duras penas corregido por las otras cabezas de la criatura. El abismo mismo, el vacío al que van a morir todas las almas valientes que atreven interponerse en su camino, la personalidad causa de la soledad de este ser.
La cabeza izquierda era la inteligente cara amable, la líder de las tres, la que siempre trataba con los demás seres vivos en un vano intento de compensar la negatividad de su hermana, de limitar su maldad. Era la personalidad altruista, la cercana y más humana de la criatura, su verdadera ambición pretendía aportar con su existencia al Universo más de lo que podía restar su némesis central, la única que conectaba con las emociones positivas de su corazón y se dejaba mecer por ellas. Proteger, cuidar y prevenir a los demás de la parte oscura de su ser era la misión principal, su deber. Fue la primera de las tres en nacer, la primera en saber qué significaba sentirse solo después de nacer su hermana, la primera en enfrentarse al vacío existencial que suponía no poder encontrar otra criatura tan única como ella que completara las carencias de tan majestuoso animal, por eso podría decirse que también es la personalidad poeta, escritora, aquella capaz de empatizar a un nivel espiritual y emocional delicado con los demás.
La Hydra es un ser inmortal, cualquier cabeza que desees cortar volverá más poderosa y con una personalidad diferente, completando todavía más a la criatura, toda ella conectada a un corazón formado de sangre y piedra. La única forma de amputar una cabeza consiste en cortarla al mismo tiempo que cauterizas con un fuego abrasador la herida en contacto continuo con la piel de la criatura impidiendo de esta forma su regeneración, una tarea imposible para una única persona como Heracles comprobó. Y siempre la última de las cabezas es indestructible, y es la que permanecerá a pesar de que decidas encarcelarla para siempre jamás. En teoría, esta última cabeza se puede elegir, para dar una nueva vida y sentido de la existencia al ser excepcional que ha tenido la suerte de habitar el Universo.
Tened cuidado con sus cabezas, embaucan a cualquiera, debéis saber que siempre existirán todas y cada una de sus personalidades, en los pequeños resquicios que queden en el corazón de sangre y piedra. Si os dejáis llevar, la puerta al Inframundo se abrirá y un infierno de llamas en cenizas os convertirá.