sábado, 21 de marzo de 2015

Flecha cosmológica

Cuando se oculta el sol tras el horizonte, la noche nos revela sus majestuosas bellezas, las estrellas.

Durante milenios al caer la noche, los seres humanos levantábamos la mirada al firmamento, decorado con infinidad de estrellas.

Pequeños oasis de luz en un fondo oscuro, nuestro Universo, tan oscuro que hace titilar estos astros luminosos, buscando ahogarlos, asfixiarlos en su negro manto.

Observábamos el cielo para escapar de los miedos que aguardaban fuera de nuestras cuevas, del frío paralizador y ángel blanco exterminador de vida.

Hoy día iluminamos la noche y ocultamos los puntos brillantes que nos hicieron de guía, en el viaje a través del Universo y de la vida. 

Ésta es nuestra forma de ocultar los miedos, ocultarlos tras una imagen irreal, una vana esperanza, un sueño.
Lo único verdadero que existe en la esencia humana es nuestro terror al miedo, y la completa dedicación al exterminio de lo que consideramos fascinante, hermoso y bello.

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