lunes, 2 de noviembre de 2015

Sky and sea

Dos mundos diferentes superficialmente que comparten una esencia, inspiradores de tanta pasión, ciencia y relatos. Belleza cautivadora de las almas de los seres humanos.

The sky:

El cielo siempre ha sido su refugio de color azul celeste que se continúa con un universo infinito, tal y como le gustan las cosas, por ejemplo... Sentir, pensar y amar sin condición ni altura más allá de lo que se atreva a soñar, un ambiente  increíblemente libre, con miles de criaturas aladas, salvajes y feroces, con el simple y maravilloso deber de procrear y enseñarles a sus crías que todo cuanto han de hacer es volar alto y libres, sin nada por encima de ellos, en la cumbre del mundo, donde son iguales a las criaturas capaces de volarles a la par, sin las preocupaciones de rendirle cuentas a nadie, de saberse dueños de su destino.

 The sea.

El mar... qué podemos decir de ese lugar tan fascinante y curioso, ajeno a la vida humana que estremece el corazón y hace sentirse en paz con su elemento. Todo hábitat marino es sobrecogedoramente bello y peligroso, donde sus criaturas deben ser autosuficientes desde el momento de su nacimiento. El misterio es intrínseco a la esencia de los océanos, la fascinación por conocer ese mundo que ha hecho suyo, al sentirse en sintonía con peces y algas, que comprenden más su corazón que una sociedad edificada que ha ahogado la tierra en un extenso manto de asfalto. Sentir la amargura de la soledad, la incompresión y aislamiento de la sociedad nunca ha supuesto un problema, ha hecho suya la compañía de las cálidas y vívidas corrientes marinas, hogar de los seres errantes, de las almas perdidas.

Ambos, dos mundos diferentes comparten la misma esencia de la vida. Cálidos rayos de sol nutren y alimentan el alma de cada uno de estos mundos. Azul celeste símbolo de las delicadas y complejas formas que adoptan las bellas y nobles criaturas que habitan el firmamento, y azul mar profundo traducción de los turbulentos e intensos sentimientos que pululan y habitan el corazón de un ser puro, cuyas criaturas adquieren bellas y muy personales formas, siendo un toque distinto y único de la existencia.

Dos mundos en uno en el extremo de la imaginación, en el limbo de la realidad, al final del horizonte, poniente.

Anexo: Significado del término poniente, deriva del latín "ponentis" que se puede traducir por "donde se pone el Sol"

domingo, 1 de noviembre de 2015

Quiero creer

Quiero creer que todavía queda esperanza, que es posible que la humanidad, tus personas importantes y uno mismo, se salvarán de la quema.

Me invade la desesperanza cuando a cada latido, el corazón ralentiza su cadencia y vitalidad, se marchita y apaga el brillo de ilusión de unos ojos cansados y los últimos estertores de honestidad son sometidos al hierro ardiente de la hipocresía.

Elegir sentir la vida a medias, conformarte, dejar de esforzarte por mejorar tu situación, tu felicidad y la de las personas que te rodean, tiene como única traducción la lágrima silenciosa que precederá cada sonrisa vacía que luzca tu rostro durante el día.

Quiero creer que si una gota de aceite es capaz de contaminar mil gotas de agua de mar, las acciones de una sola tengan su efecto mariposa y cambien la tediosa realidad que gobierna cada uno de los amaneceres en los que volvemos a nacer y recuperar la conciencia, el resurgir de lo más preciado de cada uno de nosotros que se desvanece en las horas más oscuras de la noche.

Espero que los entretenimientos y luces coloreadas de la vida no distorsionen tu visión del mundo, que la frenética actividad y los cambiantes fuegos fatuos no confundan tus principios, sueños e ideas que han dado forma a tu identidad y definen quién eres. 

¿Merece la pena la convicción y el esfuerzo de que todo debería acabar con la sensación de satisfacción de haber cumplido un sueño? De que debe terminar con el sentimiento de saberte un ser completo.

Quiero creer, que tarde o temprano todas las flores miran hacia el Sol.

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domingo, 25 de octubre de 2015

Introspección

Todos recorremos algún día en nuestra vida el camino para conocernos a nosotros mismos. No importa lo largo, tortuoso o costoso que sea. Al fin y al cabo todos deseamos llegar a la meta, saber qué queremos y qué nos llena, nuestra búsqueda de la felicidad eterna.

Sin embargo poco se recuerda del proceso que te lleva a conseguir unos pseudoideales de vida, unas veces tópicos, otras veces copiados y por último, los impuestos.

Pocos son los que se preguntan si la persona que empezó a conocerse y hacerse preguntas es la misma que lo acaba, si aquello que una vez te llenaba, es todo cuanto vas a necesitar para siempre. A veces parece que has terminado la senda de conocimiento sobre tus deseos y dejas de inquirirte y decirte a ti mismo. ¿Acaso soy feliz ahora con lo que necesitaba y quería hace tres años?

Y es que acabamos por darnos cuenta de que quizá hayamos cambiado, que aquellos que terminan el camino son diferentes a quien lo empezó. Sus ideales, sus preferencias y sus creencias ya no son las mismas, ni siquiera tienen la misma importancia que entonces. Las nuevas preguntas que recorren tu mente no son más que acerca de aquellas piedras que quedaron en el camino, aquellas que aparecen en tus sueños más lúcidos y sobre todo, aquellas que dejas y te han cambiado para siempre.

sábado, 18 de abril de 2015

Breve, humano, dos veces breve


Premonición de lo que tuvo que pasar y nunca sucedió.

El ser humano está abocado a la extinción. La contaminación, la riqueza, la explotación, la agotación de recursos, las enfermedades, la guerra y la codicia, acabarán con nuestra especie.

Nuestras ideas llegaron tarde, preferimos no salvarnos de la desaparición por no ser capaces de mirar al futuro a cambio de conseguir un poco más hoy. Somos hijos de un planeta hermoso al que le chuparemos hasta la última gota de sangre que le quede.

Nunca deseamos realmente mantener una vida sostenible, ecológica, limpia. Nunca le ganamos la partida al juego de la vida el cual acababa junto a las condiciones de vida de nuestro mundo. Jamás alcanzaremos la tecnología para emigrar a un nuevo destino porque nunca nos concedimos ese tiempo. Nuestro modo de vida, nuestra cultura, nuestras creencias y nuestra ansia de vivir lo más deprisa posible ha sentenciado a la raza humana.

Cuando sea demasiado tarde para nosotros, en un acto de desesperación ante la extinción y el olvido...
¿Sabéis acaso qué salvaríamos?
Cuando toda esperanza se haya desvanecido, nacerá un último y quizá primer sentimiento altruista puro en nuestra especie.

Enviaremos todo nuestro conocimiento al Universo
En el mayor número posible de naves sin rumbo fijo, cuyo objetivo será:

Un último intento de hacernos creer más de lo que somos, la última oportunidad de hacernos valer lo que nunca valimos. La última esperanza de ser recordados y decir, estuvimos vivos, y por nuestras ideas morimos.

Adiós homo sapiens, siempre tuviste las horas contadas, y lo más valioso que poseíamos, se va con nosotros.

La capacidad de amar, de confiar y de creer en los demás. La imaginación y la fe en nuestros sueños.

Salvemos nuestras ideas, son todo cuanto nos definen como personas, nuestra marca de identidad y nuestra esencia como especie.
Nosotros les dimos vida, Otros le darán un sentido que la merezca.

miércoles, 8 de abril de 2015

No te preocupes, espera

Es inútil persistir en buscar un sentido a la existencia, a la idiotez humana, al mundo degradado que habitamos. Es tan fácil resignarse a vivir la vida que nos toca, trazada a mano alzada en un pergamino. Un destino dictado y sentenciado por la sociedad, un camino lleno de piedras que arrastramos con esperanza de deshacernos de ellas en la última parada.

Me resigno a creer que todo a lo que aspira la humanidad es a esperar
que todo lo que la cumbre de nuestra inteligencia alcanza
 es la esperanza de una vida posterior mucho mejor.

Cuando veas en tu hijo una mirada perdida y te diga que no comprende la vida
con ojos repletos de sufrimiento de saber la muerte inevitable, dile
no te preocupes, espera.

Un hijo tan sólo es un pedazo de carne de una existencia terrenal
 nacido de tu cuerpo con sangre y dolor,
será realmente parte de ti en un mundo espiritual,
lo mejor está por llegar.

Si es condenado y privado de libertad por robar un mendrugo de pan
qué importan los años de prisión si nos espera una eternidad,
no te preocupes, espera.

Todo cuanto somos, todo cuanto vivimos desde que nacemos, no es más que hambre y necesidad de comer para vivir en este mundo. Necesitamos agua para existir, para aplacar la sed que nos hace sentir que estamos vivos. No hay nada más real en el mundo que el dolor que precede al amor de una madre por su hijo. ¿Por qué seguimos consintiendo un destino gris?

Tú, escoria resignada
cuando te abofeteen tan fuerte en la vida
que hasta tu dignidad sea pisada
no te preocupes, espera.

viernes, 3 de abril de 2015

Nacido de un sueño

Llamas de lujuria que corresponden a días de gloria.
Fuego eterno que aviva la memoria para aquellos que en la penuria de sus vidas moran.

Carbón y ramas secas, que alimentan la pira de esperanza que habita en el corazón de quienes hoy lloran.

Triste destino para las cenizas-recuerdo de una hoguera
 cuyo último aliento al yugo de la muerte escapa,
 la última lágrima que su luz exhala.

Chispa del alma surgida de la nada,
fuego fatuo que ilumina cada esquina de mi mirada.

Fuego féerico, esencia de un mismo corazón, nacido de un sueño.

sábado, 21 de marzo de 2015

Pequeños milagros.

Me encuentro gratamente y sinceramente sorprendido. Cuando siempre he tenido yo las ideas claras, los principios definidos, el camino que seguir a mis pies tanto para mí como para el prójimo. Y sin embargo  estos días me he sentido totalmente perdido, sin rumbo fijo y completamente solo. Me he pasado media vida recopilando y coleccionando amigos de verdad que un buen día llegan a tu vida por azar, quizá porque tenía que pasar. Nunca me he contentado con el mundo en general siempre falto de dignidad, hipócrita, inhóspito y cruel para las almas perdidas. Y muy a pesar de mis ideas y mi proceder de siempre me he sentido la persona más falsa y miserable de esta Tierra, como si mi rostro se ocultara tras una máscara. Era casi un buen chiste, una farsa.

En esta ocasión he sido capaz de encontrar la salida con ayuda. ¿Alguna vez habéis mirado el cielo de noche en una ciudad? El firmamento no es más que un manto negro, recordándonos cuán solos estamos realmente por grande que sea el Universo. Sin embargo, a veces, pequeñas personas salidas de la nada, venidas a menos gracias al destino aparecen en tu vida. Son pequeñas estrellas que parpadean y te hacen compañía en la vida. Algunas mueren y su luz se apaga, pero otras por muchas veces que parpadeen se quedan  tu lado. Ésas son las buenas estrellas, o los buenos amigos, y aunque siempre queda un mínimo de duda durante la fracción de segundo que dura un parpadeo de si esta vez se extinguirá para siempre o si permanecerá para el resto de tu vida, iluminando cada instante de existencia con su sonrisa.

Flecha cosmológica

Cuando se oculta el sol tras el horizonte, la noche nos revela sus majestuosas bellezas, las estrellas.

Durante milenios al caer la noche, los seres humanos levantábamos la mirada al firmamento, decorado con infinidad de estrellas.

Pequeños oasis de luz en un fondo oscuro, nuestro Universo, tan oscuro que hace titilar estos astros luminosos, buscando ahogarlos, asfixiarlos en su negro manto.

Observábamos el cielo para escapar de los miedos que aguardaban fuera de nuestras cuevas, del frío paralizador y ángel blanco exterminador de vida.

Hoy día iluminamos la noche y ocultamos los puntos brillantes que nos hicieron de guía, en el viaje a través del Universo y de la vida. 

Ésta es nuestra forma de ocultar los miedos, ocultarlos tras una imagen irreal, una vana esperanza, un sueño.
Lo único verdadero que existe en la esencia humana es nuestro terror al miedo, y la completa dedicación al exterminio de lo que consideramos fascinante, hermoso y bello.